Primer día de clase: guía de supervivencia
No falla: cada nuevo curso me pasa igual. Llega el primer día y no puedo con los nervios. Supongo que es algo que demuestra que me importa mucho que salga bien, y que a pesar del tiempo pasado para mí no es algo rutinario lo de empezar un curso.
El caso es que recuerdo perfectamente cómo, en mi primer año como profa de secundaria, busqué en google ideas para el primer día de clase, porque no sabía cómo romper el hielo. Ahora, nada menos que 10 años después, puedo decir que nunca he repetido y que he aprendido muchísimas cosas. Así que aquí van mis ideas para que tu primer día de clase te ayude a empezar el curso con buen pie.
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La primera cita
Suelo decir que el primer día de clase es el más importante de todo el curso. Y no es una frase resultona. Tus alumnos y alumnas, aquellos con los que vas a pasar tantas horas en los próximos meses, están allí para saber lo que más les interesa: de qué palo vas.
Sin embargo, por algún motivo, a la mayoría de los profes y profas nos han adiestrado para hacer algo horrible en esa primera clase: aburrirles soberanamente hablando de criterios de evaluación, de la importancia de nuestra asignatura y de las normas de presentación del cuaderno.
Es como si acudieras a una primera cita con alguien que te gusta y te pusieras a hablarle de tu marca favorita de pasta de dientes o de cómo te gusta ordenar el cajón de los calcetines. No digo que no sea una información que posiblemente deba conocer esa persona si la cosa sale bien, pero, sinceramente, no creo que quiera tener una segunda cita después de esa.
No les aburras
Sí, sé que estás pensando que es superimportante que tus alumnos sepan cómo vas a evaluar su trabajo, y que después de esa parte aburrida tienes pensada una actividad muy bonita que muestra el cariño que tienes por su asignatura. Pero lo siento, para cuando llegue ese momento es posible que muchos piensen que la actividad les parece una tortura que no les queda otro remedio que asumir.
Antes que nada, lo primero que necesitas es que confíen en ti.
Seguramente tu alumnado tiene una experiencia previa en el sistema educativo. Lleva horas y horas de aburrimiento y tareas sin sentido a sus espaldas. Así que solo te va a dar el beneficio de la duda durante un rato, con suerte, antes de decidir si va a afrontar tus clases con una actitud o con otra.
Solo tienes una oportunidad de causarles una primera impresión, ¿seguro que quieres leer esa lista de criterios el primer día? 😅
Profes con marca personal
Hablemos de branding…
Como profe o profa, tienes una marca personal, aunque tal vez no lo sepas. ¿Qué dice tu alumnado de ti cuando no estás? ¿Tienes algún mote en el centro? Si diste clase al hermano o hermana de alguien de la clase, o si tienes a algún repetidor… ¿qué dirán de ti?
Sea cual sea esa fama anterior, en el primer día tienes la oportunidad de crear una primera impresión (si es que no la tienen ya) o de romper sus esquemas previos.
Así que te pido que te plantees qué clase de profe quieres que vean entrar en su clase. ¿Cuál crees que es tu punto fuerte? ¿Qué es lo que se te da mejor? ¿Qué es lo que te gustaría que conocieran primero sobre ti?
Yo tengo muchos puntos fuertes y también algunos puntos débiles como profa. ¿Qué quiero que conozcan de mí el primer día? Lo más importante para mí es que reciban mi mensaje fundamental: podéis confiar en mí.
Por supuesto, hay otros mensajes que me gustaría que reciban:
- Que soy creativa
- También un poco loca
- Que me gusta jugar y hacer las cosas divertidas
- Que mi clase no les dejará indiferentes.
¿Qué hacer el primer día, entonces?
- Lo más importante: el contacto humano. Por eso, cada curso lo más importante para mí es que sepan que antes que profa soy una persona. Hace años, para mí era muy importante conservar mi privacidad ante mi alumnado, pero ahora soy consciente de que mostrarles datos sobre mí, nada muy importante, me hace humana. Y por eso confían.
- Después: saber cosas sobre ellos. Y no me refiero a pasar lista y que cuenten algo sobre ellos (es un rollo que han visto mil veces). Búscate algún juego divertido para averiguar cosas, cuantas más mejor. ¡Yo no repito ningún curso! Este año vamos a jugar con plastilina mientras charlamos (y, si puedo, os enseñaré el resultado). 😊 El año pasado repartí pasatiempos que contenían información sobre mí. Otro curso hicimos un concurso de mimo.
- Prohibido hacer actividades que les suenen a evaluación o juegos de tu asignatura. ¡Los perderás inmediatamente! Aunque, por supuesto, solo si no se dan cuenta, puede empezar tu evaluación inicial.
El beneficio añadido si consigues averiguar cosas suculentas sobre tu alumnado es que ya tienes un ingrediente mágico para añadir a tus clases. Si se relaciona con ellos o con lo que les apasiona, los tienes enganchados.
¿Y cuándo les hablo de todo lo «aburrido»?
Pues depende. Suelo retrasarlo dos o tres días, cuando ya los tengo en el bolsillo. A veces, lo que hago es dosificar ese tipo de información poco a poco. En realidad, lo que de verdad necesitan saber lo han averiguado el primer día. 😉
Profa, ¿esto funciona siempre?
Si hay algo que tengo claro es que nada funciona siempre. He tenido grupos complicados por distintos motivos. Muchos vienen muy anestesiados o traen expectativas difíciles de cambiar. ¡Tendrás que seguir intentándolo!
E, incluso si funciona, ahora tienes que mantener el nivel, estar a la altura. ¡Buena suerte intentándolo!
Ayer en tutoría jugamos a dos verdades y una mentira. Empecé yo. Fue la bomba.
¡Me encanta ese juego!